el tonto y el uso de las palabras humillantes

Con asiduidad tenemos el vocablo tonto en la lengua, lista para saltar a la palestra ante cualquier individuo susceptible de alguna o la práctica totalidad de las acepciones de la palabra.

Hay aquí una duda de carácter ontológico, existen realmente los tontos?
Pues para empezar, un tonto es por definición absoluta, alguien de una ignorancia absurdamente grande; aunque apliquemos la palabra a la ligera, lo cierto es que tras un breve lapso de meditación y reflexión sobre su significado, nos lleva invariablemente a la conclusión que tonto significa torpe, patán, incompetente, ignorante, estúpido y más.

Todas esas palabras son de carácter absoluto en las diversas áreas, pero cuando le decimos tonto a alguien, no le decimos eres un tonto en este área, en esta conducta, sinó que lo aplicamos a un ámbito general y absoluto, se es tonto o no se es. Pero las acepciones de la palabra son absolutas en un área concreta, yo soy un ignorante o un incompetente en medicina (y en tantas otras cosas) pero dudo ser un ignorante completo puesto que almenos sé leer.

Por lo tanto, llamarle tonto a alguien se interpreta erróneamente, se le llama tonto a alguien como sinónimo de palurdo ignorante y torpe pero aplicado completamente a su persona y eso es falso.

Veamos porqué.

Si yo te llamo tonto, entonces, la definición, que es la interpretación social que sienta la definición de tonto (por que al final es así como se definen las palabras, por el cuórum general de la sociedad) será equivocada, por que designará a alguien tan completamente ignorante, ignorante en todos y cada uno de los campos del conocimiento, que no será capaz ni de entender el alcance de la palabra, luego tonto no podrá ser definido como un insulto sinó más bien como una enfermedad, por que si no puede humillar ni menoscavar la autoestima del receptor, poca utilidad tiene como insulto ya que ese es el objetivo último de todo insulto o palabra despectiva.

Por lo tanto, definir a alguien como tonto es absurdo por que el tonto ideal y perfecto sencillamente no existe, no puede existir por la definición de tonto alguien tan ignorante, mediocre, estúpido y patoso en todas y cada una de las áreas de su vida como para ser absolutamente incompetente en todas, tan corto de entendederas que no puede (no puede) alcanzar a entender que tonto es un insulto.

Luego en el mismo momento que conoce el significado de tonto, alguna de sus acepciones, ya deja de ser un completo ignorante, y pasa a conocer un mínimo, y deja de encajar en la definición certera de tonto.

Es difícil para mí transmitir el punto al que quiero llegar, no solo el hecho de que las definiciones de las palabras las marque una sociedad sin conocimiento del rigor, sinó también la maravillosa creatividad que ello otorga, que la sociedad por el uso deforme los significados y en su ignorancia no sea capaz de alcanzar a ver su obra ni a pararse a pensar un instante en dónde le llevan sus expresiones y palabras, qué quiere decir y qué dice realmente y cómo los demás individuos con su propia ignorancia condicionan el uso individual que haces del lenguaje para comunicarte.

Al margen que no me acaban de gustar los insultos, salvo para coronar expresiones (ah, grandísimo imbécil es una que tiene un especial toque no sé porqué), me gusta pensar que la humanidad los usa demasiado a la ligera, sin pararse a pensar qué están haciendo cuando le llaman a uno estúpido o tonto, son calificaciones absolutas relativas a algún aspecto, un estúpido, es una persona ignorante del todo también, pero lo aplicamos tras observar un fracaso local, en un área concreta supongo, eso no lo sé por que no la uso.

Bueno, no sé si he conseguido mi objetivo puesto que ando disperso en los últimos días y no me siento demasiado hábil para transmitir, se podría decir que me siento estúpido o incompetente en el hecho de transmitir mis reflexiones.

Para concluir, solo quería dejar en el aire el punto que si aplicamos los insultos a una persona en completo, estos no sirven de nada, por que o excluyen al sujeto del ataque si entienden el alcance del insulto o son aplicados a un área en concreto y entonces, realmente, todos somos susceptibles de ser insultados en uno o varios aspectos del conocimiento humano. Cuidadito con los tontos, que no son tales.

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